En los últimos años
se ha creado interés en la competitividad por parte de los gobiernos y sectores
privados por formar políticas económicas para mejorarla por medio de la calidad
del ambiente de inversión y el aumento de la productividad en un medio de
estabilidad macro económica, siendo esto un uso inadecuado ya que son las
empresas y no los países las que compiten entre sí, esta confusión puede llevar
a creer que se mida la fortaleza económica por medio de superávit comercial
externo haciendo de esto una obsesión peligrosa.
La cultura de una empresa es un conjunto de valores, normas y tradiciones que establecen su forma de ser, así como también tenemos los tres tipos de crisis en la competitividad:
Crisis
estratégica: incumple objetivos,
no se adapta al entrono, fracaso de mercado, este se puede observar cuando por
todos lados es evidente que la intervención y regulación fallo.
Crisis
de objetos y resultados: Caída de la
rentabilidad y pérdida de cuota de mercado, muchas compañías han perdido de
vista otros criterios como el de la rentabilidad y han “muerto de éxito”,
conquistando cuota de mercado a costa de rentabilidad, lo que les ha llevado a
asfixiarse financieramente y tener que echar el cierre. La cuota de mercado es
un criterio que puede ser válido en distintas circunstancias, pero que en otras
muchas es preferible no atender, puesto que puede acabar llevando a la
organización a la ruina.
Crisis
de supervivencia: Amenaza de
cierre de la empresa, si una Empresa no se diversifica, dura lo que dura su
Producto. Una empresa sin diversificación de productos, tiene menos
probabilidades de Supervivencia, atrasos tecnológicos así como cualquier
modificación no prevista, Sub-Capitalizarse, puede llevar a un endeudamiento
extremo, la falta de capital de trabajo hace peligrar a la empresa en el
área del crecimiento, si el costo del capital es muy elevado esto conlleva a un
aumento en los costos.
En si La crisis estratégica, de objeto de mercado y de supervivencia se
muestran como consecuencia de la obsolescencia de las estructuras
político-institucionales actuales que se ven superadas por la velocidad y
confusión de las transformaciones en los ámbitos económico, político y social.
Ante la necesidad de desafiar las crisis, y para alcanzar visualizar las
oportunidades que éstas generan, actores privados y públicos asumen un rol
activo en la modificación de la realidad inmediata inspirados por la
posibilidad de hacer real todo lo posible.
Una gran problemática que ha existido en el país es que el sector privado y el estado de Guatemala no llegan a acuerdos que logren un equilibrio de ambas partes para el desarrollo y bien común.
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